Hoy es el cumpleaños de mi madre.
Hasta hace un tiempo adoraba los cumpleaños (en especial el mío). Ahora sólo quiero que me dejen en paz.
Continúo disfrutando hacer regalos bien pensados. De hecho, no me molestan los cumpleaños ajenos, al contrario. Lo que hoy me genera desazón es saber que cuando llegue agosto y pida no festejar mi cumpleaños, me van a obligar a hacerlo.
Será el último año. Tengo los días contados dentro de esta casa.
Ja.
Me pregunto cuándo dejé de decir "mi casa".
Supongo que allá por los trece.
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